Delegados y delegadas de UGT y CCOO se han concentrado hoy en Toledo para condenar el asalto ocurrido el pasado 9 de octubre a la sede del sindicato CGIL en Roma durante una manifestación convocada por la ultraderecha y el movimiento antivacunas NoVax.
Durante esta concentración –celebrada a las puertas de ambos sindicatos en la capital regional- responsables de UGT y CCOO han lanzado mensajes de solidaridad hacia los compañeros italianos y también de advertencia ante el resurgir de estos comportamientos ideológicos totalitarios, “estigmatizando no solo a sindicalistas, sino también a cualquier colectivo al que consideren una amenaza a su visión antidemocrática, violenta, conservadora e injusta de la sociedad”.
Acompañado por el secretario general de CCOO Toledo, Federico Pérez, el secretario de Organización de UGT Castilla-La Mancha, Javier Flores, ha trasladado la solidaridad de los dos sindicatos mayoritarios en España con el CGIL y con la clase obrera italiana. Ha puesto de manifiesto que “las casas del pueblo de UGT son hoy más internacionales que nunca. Todas nuestras sedes, todas, acogen hoy de corazón a nuestras compañeras y compañeros de Italia, y desde todas y cada una de ellas alzamos hoy nuestra voz contra el fascismo”.
El responsable de Organización de UGT CLM ha recordado que UGT –a lo largo de sus 133 años de historia- sabe lo que es sufrir la persecución y la violencia del fascismo, del franquismo y de sus aliados fascistas y nazis. “En los años de dictadura la Unión General de Trabajadores fue prohibida y duramente represaliada. Muchos de sus dirigentes y afiliados tuvieron que huir o fueron encarcelados e incluso asesinados”. Por todo ello resaltaba que UGT es un sindicato que se solidariza y compromete su apoyo a organizaciones sindicales como la CGIL o a cualquier otra que luchan por sociedades democráticas, socialmente justas y en paz.
Por su parte el secretario general de CCOO Toledo ha reiterado el apoyo y solidaridad de CCOO y UGT al sindicato CGIL por el ataque sufrido, así como la preocupación por el avance de los movimientos de ultraderecha y de los discursos de odio en Europa y en el mundo, por lo que ha instado a “reflexionar y a que se tomen medidas frente a estos comportamientos ideológicos totalitarios”.
En este sentido, ha realizado un emplazamiento a los gobiernos a “que se ponga freno, se legisle e incluso se ilegalicen estos movimientos fascistas, ultraderechistas, que atentan contra la democracia, contra la libertad, contra los derechos y la seguridad ciudadana. Estos ataques no se pueden permitir, desde el mundo del trabajo, desde las organizaciones sindicales, y desde las administraciones hay que actuar”.