El sector de la logística es clave para el funcionamiento de la economía y más hoy en día con el auge del comercio electrónico, es también uno de los que presenta mayores índices de siniestralidad laboral. Las personas trabajadoras se enfrentan a condiciones de trabajo exigentes, muchas veces precarizadas, y con riesgos que no siempre son visibilizados ni adecuadamente prevenidos.
Es por ello que se debe poner el foco en los principales riesgos que esta actividad presenta: entre los que se encuentran:
Trastornos musculoesqueléticos: Es el más común, debido al esfuerzo físico, la manipulación manual de cargas, las posturas forzadas o repetitivas y los movimientos bruscos, los cuales están a la orden del día en almacenes, centros logísticos y plataformas de distribución. De ahí derivan en lesiones como lumbalgias, tendinitis, hernias o problemas articulares, que no solo afectan al rendimiento laboral, sino que pueden dejar secuelas de por vida.
Riesgos derivados del uso de maquinaria: Con el avance de la tecnología, cada vez más vemos almacenes logísticos con numerosa maquinaria. Desde carretillas elevadoras, cintas transportadoras e incluso “robots preparapedidos”, en muchas ocasiones su uso sin una formación adecuada o sin un correcto mantenimiento desembocan en accidentes por golpes, atrapamientos o contactos eléctricos.
Caídas al mismo nivel o en altura: Superficies resbaladizas, falta de visibilidad en zonas importantes como muelles de carga, suelos obstaculizados, iluminación deficiente, o la falta de elementos de protección en zonas elevadas pueden provocar caídas, algunas con consecuencias muy graves.
Fatiga y estrés laboral: Los riesgos psicosociales, los grandes desconocidos en un gran número de empresas, se sufren a diario debido la presión por cumplir objetivos, los ritmos de trabajo acelerados, los turnos rotativos o nocturnos y la inseguridad laboral, entre otros. En los centros logísticos más vinculados al e-commerce, donde se mide el tiempo incluso de las pausas para ir al baño, esto se convierte en un problema estructural que atenta directamente contra la salud mental y física del trabajador.
Añadido a esto, hay que tener en cuenta que se trata de un sector con mucha rotación, contratos temporales, jornadas parciales no deseadas, externalizaciones… convirtiendo al trabajador logístico en un engranaje fácilmente reemplazable. Esta inseguridad laboral conlleva una menor formación en prevención, una menor capacidad de exigir derechos y una mayor exposición al riesgo. Además, muchas veces se presiona al trabajador a priorizar la productividad frente a su propia seguridad.
Frente a esto, para UGT Castilla-La Mancha la línea a seguir es exigir una serie de puntos clave que ayudarían a minimizar estos riesgos: Como son evaluaciones de riesgos reales, individualizadas y participativas. Formación teórica y práctica de manera continua en prevención de riesgos laborales. Vigilancia de la salud adaptada a los riesgos específicos del puesto. Planes de emergencia y protocolos de actuación claros y actualizados. Equipos de protección adecuados y explicación de su correcto uso. Reducción de la carga física mediante estudios ergonómicos, estudio de cargas de trabajo y redistribución de tareas. Limitación de los ritmos de trabajo y descansos efectivos garantizados.
Además, la figura del delegado o delegada de prevención debe tener capacidad real de actuación y formar parte de las decisiones que se vayan a llevar a cabo en materia preventiva.
En resumen, la prevención de riesgos laborales en el sector logístico debe abordarse desde un enfoque integral que contemple tanto los riesgos físicos como los psicosociales. Debido a los riesgos comentados se hace esencial tanto una evaluación continua de los puestos de trabajo como una revisión del listado de enfermedades profesionales, ya que es habitual que trabajadores con años de experiencia en el sector terminen con dolencias físicas de las cuales más tarde se niega la condición laboral en las mutuas.
El sector logístico no puede sostenerse sobre los hombros de personas trabajadoras lesionadas o agotadas, debiendo ser la seguridad y la salud el eje de cualquier modelo productivo que quiera mirar al futuro.
