Presentación Panadero Aguilar, para los conocidos Presen, es maestra y sindicalista ugetista desde que los sindicatos volvieron a ser legales en España tras la dictadura. Ha dedicado toda su vida a la enseñanza en la escuela concertada, a la lucha por los trabajadores y a que los más jóvenes entiendan la necesidad de organizarse sindicalmente.
Le hacemos esta entrevista aprovechando que la Red Feminista de Albacete le otorgó el pasado 1 de marzo el galardón “Destacadas 2019” por haber tenido siempre una perspectiva de género en sus labores y haber trabajado en favor de la igualdad y la sororidad.
P: ¿Qué ha supuesto el galardón de la Red Feminista de Albacete para ti?
R: Estoy muy agradecida, aunque sorprendida, contenta y muy feliz. Siempre he realizado mi trabajo por responsabilidad y compromiso, sin esperar nada a cambio. Nunca he utilizado el sindicato para escalar posiciones. Mi objetivo ha sido y es trabajar por y para los trabajadores y trabajadoras en la atención directa al afiliado y las visitas a sus centros de trabajo para las consultas y resolución de problemas.
P: ¿Cómo fueron tus inicios en UGT y por qué elegiste este sindicato?
R: Empecé a trabajar en 1976 como maestra de E.Primaría, con 20 años, en el Colegio Concertado «Nuestra Señora del Perpetuo Socorro» y me afilié a la UGT en el 78. Unos compañeros me dijeron al poco que estaban buscando a alguien para que se encargara del Sector de la Enseñanza Privada en el Sindicato. Así que me propusieron la liberación y acepté. En el año 1990 afronté mis primeras Elecciones Sindicales, era muy importante que UGT sacara delegados para tener representación y poder tener fuerza en la Negociación Colectiva de los distintos Convenios de los que me ocupaba: Concertada, No Concertada, No Reglada, E. Infantil, Atención a Personas con Discapacidad, Autoescuelas…etc.
Gracias a que por aquellos años UGT era el sindicato mayoritario conseguimos importantes logros para nuestro Sector. Siempre había tenido claro que me afiliaría a un sindicato de clase, es decir, un sindicato que defendiera a todos los trabajadores y trabajadoras, independientemente de su función: maestros, cuidadores, administrativos, limpiadores, porteros… y simpaticé con UGT desde muy joven porque coincidía con mis ideales.
P: Teniendo en cuenta que en la época en la que empezaste como sindicalista no había muchas mujeres visibles dedicándose a este tipo de tareas en España, ¿qué barreras tuviste que superar?
R: Sobre todo me costó decirlo en el colegio porque en ese tipo de centros, ya fueran religiosos o de otra titularidad, la gente no se atrevía a manifestar sus ideas abiertamente y más si pertenecías a un sindicato de clase como UGT. Me ayudó que en la Federación de Enseñanza hubiera mujeres valientes y comprometidas que me enseñaron a no tener miedo y a luchar por mis ideales.
Tuve que renunciar a muchos acontecimientos familiares y a la comodidad de una vida tranquila y convencional. En vez de eso dediqué mucho tiempo a reuniones, manifestaciones, viajes y congresos por toda la geografía española. Nunca podría haber ejercido el sindicalismo libremente sin el apoyo incondicional de mi marido y mi hijo, que han tenido que sufrir mis largas ausencias por jornadas laborales interminables.
Y tengo que hacer una mención especial a mi madre que me metió en el cuerpo el gusanillo de la enseñanza. Ella y mi padre se sacrificaron mucho para enviarnos a estudiar a los 13 hermanos que somos y labrarnos un futuro. A pesar de ser la mayor y mujer fui la primera en ir a estudiar en tiempos en los que las niñas se quedaban en casa haciendo lo doméstico; siempre les agradeceré la oportunidad de ser quien quise ser.
P: ¿Cuáles han sido tus momentos más difíciles en UGT y tu negociación más complicada?
R: Ha habido varios periodos difíciles en mi trayectoria sindical, marcados sobre todo por los distintos acontecimientos que atravesaba el país.
Primero el descenso de la natalidad propició la reducción de unidades concertadas, la pérdida de puestos de trabajo y el cierre de algunos centros. Después, las crisis económicas y las diversas reformas laborales supusieron un retroceso en derechos adquiridos que nos costó muchos años conseguir: reducción de salarios, congelación de la antigüedad, despidos más baratos y cierre de empresas.
En mi sector tuvimos que hacer huelgas y manifestaciones durante muchos meses para que los trabajadores de los Centros y Servicios de Atención a Personas con Discapacidad pudieran cobrar su salario que en muchos casos se retrasaba 5 ó 6 meses por la demora de las subvenciones.
Pero los recortes sociales afectaron también a los sindicatos y reducimos nuestros liberados sindicales, por lo que seguir haciendo las mismas tareas que antes se volvió mucho más difícil.
P: ¿Qué avances educativos has visto en tus más de 40 años de sindicalismo?
R: En la Enseñanza Concertada ha sido el pago delegado (pasar de que nos pagara la empresa a que nos pague la administración) y la gratuidad de la Educación Infantil de estos centros.
También notamos mucho el avance en los permisos y licencias de los diversos Convenios: riesgo por embarazo, maternidad, lactancia y la Ley de Igualdad de 2007; que fue un paso gigantesco en la conciliación de la vida familiar y laboral aunque haya que seguir avanzando en este aspecto. Sin olvidar la formación del profesorado en Idiomas y nuevas tecnologías para adaptarnos a la Escuela del Futuro.
Yo, sin ir más lejos, en estos años de liberada no he parado de formarme y me he sacado las especialidades de E. Infantil, Inglés y PT para que en el caso de volver a ejercer como maestra, como así ha sido, estuviera preparada y no me quedara desfasada.
P: Ya estás prejubilada pero aun así sigues muy pendiente del sindicato, ¿por qué?
R: Me encanta la labor que hago, me satisface enseñar a la gente e intento explicar a todos los trabajadores que un sindicato no es un ente abstracto sino que lo formamos los afiliados y afiliadas y las personas que luchamos día a día para mejorar nuestra situación laboral y personal y creemos que juntos podemos cambiar las cosas.
Llevo intentando toda la vida que la gente se conciencie. Recuerdo la invitación que le hice a mi hijo y a algunos de sus amigos a que me acompañaran una noche de huelga a ver in situ cómo actuaban los piquetes informativos. Creo que cuajó esta idea y entendieron la necesidad de esas acciones para luchar por nuestros; hoy mi hijo y parte de mi familia es de UGT (risas).
P: Es decir, que te llevas dedicando años a que haya relevo sindicalista…
R: Sí, sí. Me pasa ahora que en el pueblo a los chavales y chavalas que terminan la carrera, les dicen sus padres «vete con la Presen al sindicato que ella te va a informar de todo». Hombre, yo les digo que es importante que se afilien para estar informados y que el sindicato es su mayor apoyo pero que elijan el que prefieran, aunque a mí siempre me tendrán.
Reconozco que hago con mucho gusto esta labor didáctica, nunca dejaré de ser maestra (risas) Y de momento voy logrando que se apunten a la UGT. Luego tal vez se cambien pero de momento ahí están, ¡la siembra está hecha!
P: Y, ¿te jubilarás de todo a los 65?
R: Me prejubilé a los 62 años y ahora voy camino de 64. Estoy con un contrato de relevo en el «Santo Ángel», mi colegio actual, hasta el 4 de Octubre del 2020 que cumpliré los 65 años y ya me acogeré a la jubilación tota. ¡Hay que dar paso a las Nuevas Generaciones!
Pero… de ser ugetista… ¡de eso no me jubila nadie! (risas) Si me necesitan, ahí estaré ayudando en todo lo que haga falta, me apunto a todo.