El sector sanitario de la Federación de Servicios Públicos de UGT en Guadalajara pide “no bajar la guardia” y que el Sescam facilite a sus trabajadores como mínimo una mascarilla quirúrgica al día para garantizar la protección del personal que trabajan en muchos casos sin la distancia de seguridad recomendada tanto entre compañeros como con los usuarios que acuden a los centros sanitarios.
El responsable del sector en Guadalajara, Fernando José Peiró, informa de la solicitud que ayer realizó UGT a la Inspección de Trabajo para verificar si actualmente el material puesto a disposición de los profesionales del Sescam en dicha provincia cumple los requisitos técnicos y está siendo el adecuado en número y tipo en los distintos ámbitos: pre hospitalario, Atención Primaria y Hospitalario.
Peiró insiste en que todos los trabajadores deben estar protegidos sin distinción de categoría profesional y que, según indicó y a la ITSS el pasado 28 de mayo en respuesta a otra consulta de UGT, los EPIS tienen una duración máxima de una jornada laboral de 8 horas salvo que no haya un deterioro adicional o el fabricante indique algo diferente.
“Los EPIS no pueden reutilizarse y en caso de que se haga tiene que ser previa limpieza y descontaminación siguiendo en todo caso el método indicado por el fabricante”, detallaba en su resolución la ITSS. Dichos EPIS estarán compuestos por los elementos que establezca la evaluación de riesgos laborales previamente elaborada con la participación de los delegados de prevención y deberán renovarse al completo.
“Además el RD 21/2020 del 10 de junio obliga al uso de mascarilla en cualquier espacio cerrado de uso público cuando no se pueda garantizar la distancia de seguridad y obliga también a su uso en los centros de trabajo y a la dotación de los equipos, la organización de turnos, de puestos y demás medidas de seguridad por parte de la empresa”, señala Peiró.
Por otra parte, UGT considera idóneo instalar mamparas de protección en los puestos donde se realice atención al público directa como mostradores o consultas. “Su uso está siendo generalizado en las distintas administraciones públicas y en el ámbito privado, bajo nuestro punto de vista está mucho más justificado en el ámbito sanitario” defiende Peiró.