Las patronales dinamitan también el convenio de la Limpieza de Edificios y Locales de Ciudad Real

La patronal estatal ASPEL y la Asociación Provincial de Empresarios de Limpieza de Ciudad Real (APEL), han reiterado hoy su rechazo a todas las propuestas de la parte social para la firma del convenio colectivo de la Limpieza de Edificios y Locales de Ciudad Real.

Los sindicatos han dado por rotas las negociaciones y han anunciado que “a partir de este momento realizarán todas las acciones, sindicales o jurídicas, que estimen oportunas en defensa de un sector que lo ha dado todo en las malas y que, como pago, recibe este trato patronal.”

Con la de Ciudad Real, ya son tres las provincias de CLM donde el sector de la Limpieza de Edificios y Locales afronta un grave conflicto laboral. Hoy mismo, los sindicatos UGT FeSMC y CCOO-Hábitat han anunciado que el conflicto regional está servido. En Guadalajara, la mesa de negociación saltó por los aires la semana pasada, en Toledo la semana anterior. En Cuenca, ambas partes están citadas mañana a una nueva reunión, pero todo apunta que también acabará en ruptura.

La patronal estatal ASPEL está imponiendo en todas las provincias su negativa a incluir en los convenios colectivos la cláusula de revisión salarial que exigen los sindicatos para preservar el poder adquisitivo de las/os trabajadoras/es (la inmensa mayoría son mujeres).

La parte social admite que esa revisión no se realice hasta terminar de la vigencia de los convenios y que empresas y trabajadoras asuman a partes iguales la posible diferencia entre los incrementos salariales pactados y el IPC final. Pero las patronales se niegan en redondo aduciendo que “el IPC es un elemento volátil externo, no medible”.

“Esto es una salida por la tangente que en la práctica significa que lo las empresas pretenden es que sean las trabajadoras las que carguen con cualquier tensión inflacionista. Las empresas preservan sus ganancias y los dividendos de sus accionistas a costa de devaluar los salarios”, responden los sindicatos.

ASPEL -y, con ella, las respectivas patronales provinciales- se niega también a estudiar siquiera la reducción de la jornada laboral semanal que reclama la parte social, para pasar de las 39 horas actuales a 38 en 2023 y, en su caso, a 37 en 2025. “Son aspectos que no se pueden repercutir, supondría un acto de irresponsabilidad”, argumentan las patronales.

“La patronal de las grandes constructoras, que son las propietarias de las grandes empresas de la Limpieza, las que se quedan con las contratas más suculentas de las administraciones públicas, no considera que las necesidades de sus trabajadoras sean de su incumbencia. Si no llegan a fin de mes, no es problema de las empresas sino de un elemento volátil externo. Si aspiran a reducir su jornada laboral, que llevan más de veinte años con la misma, son unas irresponsables. Y lo dicen así, se quedan tan anchos y mientras tanto, el coste de nuestra cesta de la compra sigue creciendo al mismo tiempo que crecen los beneficios empresariales, se están quedando con los que debían ser nuestros incrementos salariales”, replican los representantes de la parte social.

“Está claro que nos abocan a la movilización, que tenemos que planificar y organizar. Vamos a iniciar un proceso de asambleas, primero con las delegadas de las trabajadoras, después en cada centro de trabajo con cada plantilla. Para explicar muy bien la situación, cómo ha sido el proceso de negociación y cuáles los motivos de la ruptura, a las cuatro mil trabajadoras de Ciudad Real. En Ciudad Real y en cada una de las demás provincias afectadas; coordinando calendarios y convocatorias. Llegamos al verano sin convenios y con las mesas de negociación rotas. En estos dos meses hay que preparar muy bien el otoño. Es el momento de poner en valor de una vez por todas a este sector.”

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