Las trabajadoras de la Limpieza reafirman sus reivindicaciones y su determinación a luchar por unos convenios colectivos justos

La miserable actuación de la patronal ASPEL en la jornada de ayer reventando, tras ocho horas de reunión, la posibilidad de alcanzar un acuerdo que ya estaba al alcance de la mano, ha indignado a las trabajadoras y ha inflamado aún más el conflicto.

Las 15.000 personas, casi todas mujeres, de las provincias de Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara y Toledo que desde hace un año tienen caducados sus convenios, congelados sus salarios y bloqueada la negociación colectiva, siguen hoy en huelga, por séptimo día consecutivo, reafirmándose en sus justas reivindicaciones y en su determinación a luchar por conseguirlas.

Y la sostendrán hasta la finalización de la actual convocatoria, pasado mañana viernes. Y la reanudarán y prolongarán cuanto haga falta hasta conseguir un convenio justo.

El viernes concluye esta primera oleada de huelgas, pero el conflicto sigue abierto. Y cada día más exacerbado, por la prolongación de una situación flagrantemente injusta -las 15.000 mujeres en huelga han perdido en los dos últimos años más doce puntos frente a la inflación- y por el trato denigrante que reciben de sus patronales.

Una de ellas, ASPEL arruinó ayer una gran oportunidad de devolver a estas 15.000 mujeres al menos una parte de lo muchísimo que las debe, de cerrar el conflicto y de recuperar la paz social en el sector.

Todos los implicados en el conflicto debemos seguir esforzándonos para ponerle un fin justo. 

Empezando por la patronal ASPEL, que debe avergonzarse de la actuación que protagonizaron ayer tres de sus afiliadas y que, sobre todo, debe reconducir sus posiciones injustas e intransigentes.

Pero no solo ellos, porque no es ASPEL la única patronal representativa de las decenas, si no cientos, de empresas de Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo afectadas por el conflicto.

Las patronales sectoriales de estas cuatro provincias, que durante todo el año pasado eludieron participar activamente en la negoción colectiva y dejaron que fuera ASPEL la que impusiera sus posiciones y exigencias, tienen que asumir también su responsabilidad; y defender los intereses de sus afiliadas, muchas, muchísimas de las cuales se han visto involucradas en un conflicto indeseado y sobre el que nadie les ha pedido opinión.

En el lado patronal, solo unos pocos, con sus propios y particulares intereses, están tomando decisiones que afectan a otros muchos que permanecen silenciados.

Por su parte, el Gobierno de CLM, para el que prestan servicios la mayor parte de las trabajadoras del sector, tiene que redoblar sus esfuerzos para buscar una solución justa al conflicto.

El fracaso de la reunión de ayer solo puede superarse reuniendo de nuevo a las partes implicadas en la huelga, sin dejar fuera a nadie representativo del sector. Y aportando también los compromisos presupuestarios necesarios para dignificar a las trabajadoras de la Limpieza al servicio de la JCCM. Personal indirecto, subcontratado, sí. Pero esencial para el funcionamiento de la Administración Autonómica, como la propia Administración ha explicado detalladamente en los desorbitados decretos de servicios mínimos emitidos con motivo de la huelga.

Por nuestra parte, en tanto sindicatos representativos de las trabajadoras y de los trabajadores del sector y como convocantes de la huelga, estamos igualmente llamados a poner cuanto esté en nuestra mano para poner fin al conflicto.

Las trabajadoras solo tienen un camino para conseguirlo: el de la movilización y la lucha: El que están siguiendo con un arrojo y un coraje dignos del máximo respeto y admiración; y merecedores del apoyo y la solidaridad del conjunto de la clase trabajadoras y de toda la sociedad. Que pedimos para ellas, y que nos consta que lo tienen, al menos por parte de todas las personas de buena voluntad.

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