Nadie puede negar que con el clima no pasa nada, lo estamos viviendo en primera persona. Los retos medioambientales con los que convivimos en España son enormes y tienen un impacto en nuestra salud, en la economía y en el incremento de las desigualdades. Y es algo que podemos apreciar en nuestra comunidad autónoma. En Castilla-La Mancha nos estamos viendo afectados por fenómenos derivados del cambio climático, como las sequías persistentes. Aquí se registran en muchas ocasiones las temperaturas más altas de España, y esto es algo que va a empeorar. Ya nos están advirtiendo de que se van a producir mayores y más intensos periodos de sequias y olas de calor que van a repercutir en la cantidad de recursos hídricos disponibles y en su calidad. A esto se une, el estado de nuestro río Tajo. El caudal ecológico del Tajo está bajo mínimos, y mientras, la extrema derecha amenaza con expulsar a todo aquel que se oponga a los trasvases y al Plan Hidrológico Nacional. La Unión General de Trabajadores no se cansará de reclamar un Gran Pacto Social por el Agua, un pacto que perdure en el tiempo y que no esté sujeto a los cambios políticos.
El panorama es desolador, no hay más que hablar con nuestros agricultores, o con cualquiera que se haya pasado por lugares como las Tablas de Daimiel. Una de nuestras mayores riquezas naturales puede morir. La sobreexplotación de décadas del acuífero para regadíos y la falta de lluvias han transformado este humedal en un desolador paisaje seco al 90%. Pero todavía hay gente que afirma que aquí no pasa nada.
Aspectos como la desertificación, el aumento de la temperatura y las olas de calor, los grandes incendios forestales, la reducción de recursos hídricos disponibles… Estamos perdiendo unos años valiosísimos para hacer frente al cambio climático. El ritmo y la escala de lo que se ha hecho hasta ahora, y los planes actuales, son insuficientes. Aun así, todavía hay tiempo para actuar. Pero no podemos permitirnos 4 años de políticas negacionistas o retardistas que ignoren las recomendaciones de la comunidad científica.
O que de nuevo se ponga sobre la mesa la posibilidad de que nuestra región albergue un cementerio nuclear.
Un 84% de la población española considera que la crisis climática es la mayor amenaza actual y que los gobiernos no actúan lo suficiente. Sin duda deberán reflexionar sobre el sentido de su voto.
Para UGT es el momento de adoptar medidas ambiciosas tanto en mitigación como en adaptación al cambio climático, a través de una transición justa que evite que nadie quede atrás y donde las personas trabajadoras participen activamente. Si no, será demasiado tarde. El cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta y la ventana de oportunidad para asegurarse un futuro habitable y sostenible para todos se está cerrando rápidamente. Hemos perdido demasiado tiempo y no existe alternativa. No hay otro camino, la inacción no puede ser una opción.
Las administraciones públicas han de liderar las políticas e instrumentos que integren la lucha contra el cambio climático y la transición ecológica. Por ello, saber qué políticas vamos a apoyar con nuestro voto en las próximas elecciones generales es fundamental. El contenido de los programas de los partidos políticos refleja el interés y el compromiso que tienen cada uno de ellos por defender un mundo más justo, más solidario y respetuoso con el planeta.
Desde UGT seguiremos luchando por que España cumpla el Acuerdo de París y la Agenda 2030 de la ONU, para lograr la igualdad entre las personas, proteger el planeta y asegurar la prosperidad, estableciendo un nuevo contrato social global que no deje a nadie atrás.