Según la encuesta “Hacia centros de trabajo inclusivos” elaborada por UGT, los actos discriminatorios contra las personas LGTBI están muy presentes en los centros de trabajo, una situación que se agrava si eres mujer o una persona trans con violencia específicamente sexual. Desde el acceso al empleo, el 44% de las personas LGTBI ocultan su orientación sexual o identidad de género para encontrar trabajo, y el 40% de las personas trans aseguran haber sido rechazadas en entrevistas por prejuicios hacia a su identidad de género.
Casi el 70% de las personas heterosexuales encuestadas piensa que las personas LGTBI no tienen las mismas oportunidades que las heterosexuales. Además, el 90% de las personas LGTBI consideran un inconveniente serlo a la hora de encontrar empleo, y cuatro de cada diez trabajadores LGTBI aseguran haber vivido alguna agresión hacia sí o hacia otras personas LGTBI en el puesto de trabajo, por motivo de orientación sexual, identidad o expresión de género.
Luchar en las empresas ante esta realidad
UGT CLM considera esencial alcanzar la igualdad de trato y de oportunidades. Para la Unión General de Trabajadoras y trabajadores, es fundamental el impulso de un plan contra los delitos de odio para erradicar toda forma de odio y violencia contra las personas LGTBI en todos los contextos, garantizar la formación y sensibilización del personal de las administraciones públicas, educativas, sanitarias y sociales, así como de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, sobre la realidad y necesidades de las personas LGTBI, y la creación de programas de formación e información dirigidos a los centros educativos para incorporar la diversidad afectivo-sexual, de género y familiar de manera transversal en sus currículos formativos.
El sindicato ve esencial implantar medidas dirigidas a erradicar la discriminación LGTBIfóbica dentro del ámbito laboral, además de implementar medidas e incentivos para organismos públicos y empresas privadas que favorezcan la integración e inserción laboral de las personas trans, por estar en situación de especial vulnerabilidad.
La ley, establece la obligatoriedad de negociar medidas planificadas en las empresas de más de 50 personas trabajadoras, incluyendo un protocolo para la prevención de la discriminación por motivo de orientación sexual e identidad o expresión de género en los centros de trabajo. Es una oportunidad y también es un reto. Se debe garantizar la necesaria formación de los delegados y delegadas sindicales para que sean capaces, a través de la negociación colectiva, de generar herramientas para el respeto a la diversidad en los centros de trabajo. Además, es importante contemplar las identidades trans y la diversidad de identidades de género, desarrollar campañas de sensibilización para defender la dignidad de las personas trabajadoras LGTBI, o el establecimiento de medidas sancionadoras en caso de conductas lesivas que vulneren la dignidad y los derechos de los trabajadores LGTBI, entre otras medidas.
Es fundamental informar y formar a todas las personas trabajadoras para que se puedan erradicar este tipo de actuaciones discriminatorias en las empresas. La ley supone una protección para las personas LGTBI frente a la discriminación en las empresas, pero hay que trabajar desde la acción sindical y la negociación colectiva, convirtiendo el objetivo de igualdad y no discriminación en un objetivo primordial de las relaciones en las empresas, garantizando los derechos de las personas, y persiguiendo y sancionando los comportamientos discriminatorios que se produzcan.